El Gobierno de Portugal decidió retirar el uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público, aéreo y taxis, así como en las farmacias, pero se mantendrá en los centros sanitarios y en las residencias de ancianos.
La medida fue aprobada en el Consejo de Ministros, después de constatar que se mantiene una «evolución favorable» de la pandemia en el país, con una tendencia «estable» en el número de casos, explicó en la rueda de prensa la ministra de Sanidad portuguesa, Marta Temido.
Temido recordó que, a pesar de que no sea obligatoria, los ciudadanos deben continuar evaluando el riesgo que existe en cada situación y «protegerse» si lo consideran necesario.
El Ejecutivo prorrogó además hasta el 30 de septiembre la situación de alerta, el nivel más bajo de respuesta a catástrofes, en todo el país por el Covid-19.
La ministra de Sanidad señaló que la mortalidad por todas las causas en la última semana se encuentra ahora en los valores esperados para este período del año, lo que significa «el término del período de exceso de mortalidad» que vivía el país.
Portugal está por debajo de los 10 fallecimientos por millón de habitantes en 14 días debido a el Covid-19, según Temido.
El último informe de la Dirección General de Salud portuguesa (DGS), con datos hasta el 15 de agosto, apunta que la incidencia a siete días está en 148 casos por 100.000 habitantes, un 22 % menos que la semana previa.
Portugal, con 10,3 millones de habitantes, acumula 5,4 millones de casos confirmados y 24.803 fallecidos por Covid-19 desde que estalló la pandemia.